La familia de Xóchitl Gálvez vuelve a quedar en el centro de la conversación pública después de que un juez federal sentenciara a 58 años de prisión a Leonardo Sales Andrade, conocido como “El Tolmex” y señalado como pareja sentimental de su hermana Jaqueline Malinali Gálvez Ruiz, quien a su vez ya había recibido una condena de 89 años por delitos de secuestro y delincuencia organizada. Ambos casos, que se arrastran desde hace más de una década, terminaron por resolverse en tribunales federales con sentencias severas que han reactivado el debate político alrededor del círculo cercano de la excandidata presidencial.
Según las investigaciones, “El Tolmex” formaba parte de una célula delictiva dedicada al secuestro en la Ciudad de México y el Estado de México, y fue encontrado culpable no solo de delincuencia organizada sino también de privación ilegal de la libertad y portación de armas de uso exclusivo. La resolución lo envía a prisión por casi seis décadas y lo obliga a pagar una multa que supera los 250 mil pesos. Su caso se une al de Malinali Gálvez, cuyo expediente concluyó con una pena todavía mayor por su participación en la misma estructura delictiva.
La coincidencia de ambas sentencias ha abierto una pregunta inevitable en el análisis político: ¿habrían llegado estos fallos con la misma contundencia si Xóchitl Gálvez hubiera ganado la presidencia? No se trata de asegurar nada, pero en un país donde el peso del poder político puede modificar ritmos, prioridades o presiones en los procesos judiciales, muchos observadores se preguntan si el escenario habría sido distinto con ella en el poder, considerando que los sentenciados son parte directa de su entorno familiar.
Aunque Xóchitl no aparece implicada en los delitos ni en los expedientes, las resoluciones colocan una vez más a su familia dentro del debate nacional y resurgen justo en un momento donde su figura sigue presente en el panorama político. Con la sentencia de “El Tolmex” y la de su hermana ya firmes, la discusión vuelve a tomar fuerza y deja en el aire dudas que difícilmente se desvanecerán pronto.



