México alcanza cifra histórica de inversión extranjera: ¿por qué llega más dinero mientras la economía se enfría?

México está por cerrar el año con una de las cifras más altas de inversión extranjera directa (IED) de su historia: casi 41 mil millones de dólares, un crecimiento notable que refleja algo que pocos habían anticipado.

En un mundo económico lleno de incertidumbre, México logró atraer capital nuevo, proyectos frescos y empresas que están apostando al futuro del país. Pero aquí viene la pregunta central: ¿por qué aumenta la inversión mientras varios sectores de la economía mexicana muestran señales de estancamiento?

Lo que dicen los números — y lo que significan para la gente

De acuerdo con reportes recientes, la nueva inversión —la que realmente genera empleos y no solo reinvierte lo que ya existía— creció de 2 mil millones a 6.5 mil millones de dólares.

Esto se está viendo reflejado en:

  • Nuevas plantas manufactureras en estados como Nuevo León, Guanajuato y Coahuila.
  • Expansiones de empresas tecnológicas y automotrices que buscan aprovechar el nearshoring.
  • Incremento en cadenas de suministro que se están moviendo de Asia hacia México.

En pocas palabras: empresas globales están viendo en México un lugar más seguro, más cercano a sus mercados y más rentable para producir.

¿Entonces todo está bien? No exactamente

Mientras llegan miles de millones al país, los datos internos cuentan otra historia: la economía mexicana tuvo una caída del 0.6% en septiembre, una señal de alerta que expertos interpretan como un posible freno del consumo y la actividad productiva.

Esto genera una paradoja interesante: México está atrayendo más capital del extranjero, pero su economía interna sigue sintiendo presión.

La explicación humana detrás de los números

Para muchas familias, este récord de inversión no se traduce automáticamente en mejores salarios o en una vida más estable. La pregunta que se hace la gente es sencilla:

“Si está llegando tanto dinero, ¿por qué no lo noto en mi bolsillo?”

Y es válida.

La inversión extranjera es una apuesta a futuro. Los empleos llegan después, los sueldos cambian después, la derrama económica tarda. Lo que vemos hoy es el punto de partida de un movimiento global que está beneficiando a México por su ubicación, su mano de obra y su relación directa con Estados Unidos.

Pero la estabilidad económica diaria —la que vive la gente en la calle— depende de factores internos: precios, salarios, seguridad, crédito, productividad.

El contexto que explica el boom

Tres pilares explican esta llegada histórica de capital:

1. 

Nearshoring

Las empresas están dejando China y buscando países cerca de EE.UU. México tiene la ubicación ideal.

2. 

Estabilidad financiera relativa

Aunque hay tensiones internas, México mantiene reglas claras para inversión, y los tratados comerciales (como el T-MEC) dan certeza jurídica.

3. 

Demanda global

Industria automotriz, electrónica, logística y energía están rediseñando sus mapas de producción, y México está en el centro.

¿Qué viene ahora?

Estos 41 mil millones pueden convertirse en:

  • Más empleos formales.
  • Crecimiento regional en el norte y el bajío.
  • Aumento del desarrollo tecnológico.
  • Menor dependencia de importaciones asiáticas.

Pero también generan retos:

  • Evitar que solo ciertas zonas se beneficien.
  • Mejorar infraestructura.
  • Resolver problemas de inseguridad que espantan capital.
  • Combatir la desigualdad regional.

Un récord que abre preguntas

Que México atraiga más inversión que nunca es una buena noticia.

Que al mismo tiempo la economía se contraiga es una señal de que algo debe ajustarse internamente.

La historia que sigue depende de si el país logra conectar ese dinero con la vida real de las personas: empleos dignos, mejores condiciones y desarrollo que se note.

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