Donald Trump anunció un cese total de hostilidades entre ambas naciones, pero expertos advierten sobre el historial de incumplimientos de Irán.
Este 23 de junio de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió al mundo al anunciar que Israel e Irán han llegado a un acuerdo de alto al fuego total y completo, lo que podría significar el fin de lo que ya se conoce como la “guerra de los 12 días”.
Según Trump, el acuerdo contempla un proceso gradual: primero, Irán detendría sus ataques, y doce horas más tarde Israel también cesaría fuego. Si ambas fases se cumplen, el conflicto terminaría oficialmente en 24 horas.
Aunque el anuncio fue recibido con optimismo por parte de los mercados internacionales —el precio del petróleo cayó y las bolsas reaccionaron al alza—, ni Israel ni Irán han confirmado oficialmente este acuerdo, lo que ha generado incertidumbre entre analistas y gobiernos aliados.
Un historial que obliga a desconfiar
Si bien la idea de una paz entre Israel e Irán sería un avance sin precedentes en Medio Oriente, los antecedentes del régimen iraní generan profundas dudas sobre la veracidad y durabilidad del pacto.
Irán ha sido protagonista de varios rompimientos de acuerdos diplomáticos. Uno de los casos más recordados es el del acuerdo nuclear de 2015, firmado con Estados Unidos y otras potencias, y del cual Teherán se fue desvinculando progresivamente, enriqueciendo uranio por encima de los límites establecidos.
Además, mientras firmaba pactos de distensión con países como Arabia Saudita, Irán seguía financiando a milicias armadas en Yemen, Siria, Líbano y Palestina, mostrando que su política exterior muchas veces opera en múltiples capas de intereses paralelos.
¿Fin de la guerra… o calma estratégica?
El ataque más reciente de Irán a una base militar estadounidense en Qatar, pocos días antes del anuncio, también deja abierta la posibilidad de que este acuerdo sea más una maniobra de contención geopolítica que un compromiso real de paz.
Expertos internacionales coinciden en que, aunque el anuncio de Trump representa una oportunidad para desescalar tensiones, la clave no está en firmar el cese al fuego, sino en cumplirlo.



