Guerrero se estremece con una historia digna de novela negra: el exalcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, ha sido sentenciado a 20 años de cárcel por ordenar el asesinato de su mano derecha en el Ayuntamiento, el síndico Justino Carvajal Salgado.
Sí, leyó bien. El hombre que debía gobernar para el pueblo, terminó siendo el verdugo de su propio equipo. El crimen ocurrió el 8 de marzo de 2013, cuando Carvajal Salgado fue brutalmente asesinado por órdenes directas del entonces alcalde, según confirmó la Fiscalía.
Lo más escalofriante del caso es que, tras el asesinato, Abarca no solo no mostró culpa, ¡sino que hasta asistió al homenaje póstumo de su víctima! Rodeado de políticos y ciudadanos, el ahora condenado se dejó caer en su asiento y fingió llanto frente al féretro del hombre al que él mismo mandó matar. ¡Cínico!
Este nuevo capítulo de terror político reaviva los recuerdos más oscuros de Iguala, ciudad marcada por la violencia y la corrupción. Abarca, quien también es señalado por su presunto vínculo con la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, sigue acumulando crímenes como si fueran medallas.
¿Hasta cuándo los políticos seguirán usando el poder para matar y salir impunes? Esta vez, al menos, la justicia tocó a la puerta… aunque 20 años suena a poco para un crimen tan frío y calculado.


