Fátima, la pequeña que conmovió al país entero hace 5 años, finalmente recibió justicia.
Fue llevada por una vecina, alguien en quien su madre confiaba. Esa mujer la entregó directamente a su esposo… un hombre que confesó su “deseo” más oscuro. Ella lo permitió, con tal de no perderlo.
Después de lo ocurrido, abandonaron su cuerpecito en un terreno baldío.
Hoy, el juez sentenció a ambos: 170 años de prisión.
170 años que significan que jamás volverán a caminar libres.
La familia de Fátima celebró entre lágrimas.
Su madre cayó de rodillas, agradeciendo a Dios porque, aunque nada le devolverá a su hija, siente que por fin se hizo justicia.
“Nada me la regresará… lo supe desde el primer día.
Pero saber que quienes me la arrebataron no volverán a disfrutar de su libertad, es mi consuelo.
Ojalá cada día recuerden lo que hicieron.
Y que el dolor que me dejaron… los atormente.”
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